1/30/2014

Ver lo bueno en todo.

Cuando la vida te agobia, cuando te parece que todo tu mundo se desmorona, cuando te de la impresión de que nada de lo que llevas a cabo contribuye a mejorar la situación, que debes hacer?... 
Piensa en Dios. Piensa en lo mucho que te ama. Piensa en su poder. Piensa en todas las bendiciones que has recibido y agradécele.
Para sobreponer tu mal humor solo basta con alabar a Dios. Si le agradeces todo lo bueno que hay en tu vida, los sentimientos pesimistas se disipan.
En ese caso te encontraras a veces en situaciones en las que no se perfila nada bueno que le puedas agradecer a Dios. En ese caso, agradecele todo lo bueno que a la larga saldra de lo malo, pues si le amas, tarde o temprano eso sucederá. Lo explica la biblia en Romanos 8:28  

"Todas las cosas obran para bien, a los que aman a Dios".

Viendo esto entonces...
"Puedo sacar buen fruto de cualquier cosa"


Dios quiere transformar tu difícil jornada en un día feliz. Siempre es posible hallar algo que agradecer , cuando celebres algo bueno que Dios haya hecho, por lo general te acordaras de otras cosas, y de otra. Si te concentras en Dios y en lo positivo, la felicidad vendrá sin haberla buscado.

Dios te invita a ver lo bueno en todo.
Bendiciones!!!

10/16/2013

La enseñanza de un Lapiz

Quiero compartir con ustedes una interesante reflexión.
 Un niño miraba a su abuelo escribir una carta. En un momento dado, le preguntó:
 -¿Estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, por casualidad, una historia sobre mí?

El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto:

-Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.

El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada de especial.

-¡Pero si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!

-Todo depende del modo en que mires las cosas. 

Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán de ti una persona por siempre en paz con el mundo.

"Primera cualidad: Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. Esta mano nosotros la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.

"Segunda cualidad: De vez en cuando necesito dejar lo que estoy escribiendo y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final, está más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.

"Tercera cualidad: El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.

"Cuarta cualidad: Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.

"Finalmente, la quinta cualidad del lápiz: Siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará trazos. Intenta ser consciente de cada acción."




Fuente:
 http://reflexiones.noticiascristianas.

8/12/2013

Se gana por lo que se sabe, no por lo que se hace.



Un ingeniero que fue llamado a arreglar una computadora muy grande y extremadamente compleja... una computadora que valía 12 millones de dólares. Sentado frente a la pantalla, oprimió unas cuantas teclas, asintió con la cabeza, murmuró algo para sí mismo y apagó el aparato. Procedió a sacar un pequeño destornillador de su bolsillo y dio vuelta y media a un minúsculo tornillo. Entonces encendió de nuevo la computadora y comprobó que estaba trabajando perfectamente.

El presidente de la compañía se mostró encantado y se ofreció a pagar la cuenta en el acto.

- ¿Cuánto le debo? preguntó.

- Son mil dólares, si me hace el favor.

- ¿Mil dólares? ¿Mil dólares por unos momentos de trabajo?

¿Mil dólares por apretar un simple tornillito? ¡Ya sé que mi computadora cuesta 12 millones de dólares, pero mil dólares es una cantidad disparatada! Le pagaré sólo si me manda una factura perfectamente detallada que la justifique.

El ingeniero asintió con la cabeza y se fue.

A la mañana siguiente, el presidente recibió la factura, la leyó con cuidado, sacudió la cabeza y procedió a pagarla en el acto, sin chistar.

La factura decía:

Servicios prestados:

Apretar un tornillo............ US $1 dólar

Saber qué tornillo apretar.... US $999 dólares

Para todos aquellos profesionales que día a día se enfrentan con la desconsideración de quienes por su propia ignorancia no alcanzan a entenderlos.



RECUERDA: "SE GANA POR LO QUE SE SABE, NO POR LO QUE SE HACE".

8/10/2013

Tres... Metamorfosis

Una pequeña oruga emprendió la marcha en dirección al sol. A la vera del camino se encontraba un saltamontes.
—¿A dónde vas? —le preguntó.
Sin dejar de arrastrarse, la oruga contestó:
—Tuve un sueño anoche: soñé que contemplaba todo el valle desde la cumbre de la gran montaña. Tanto me gustó lo que vi en el sueño que he decidido hacerlo realidad.
Mientras la oruga se alejaba, el saltamontes, sorprendido, se burló de ella:
—¡Estás loca! ¿Cómo vas tú a llegar hasta allá? Para ti, que eres un simple gusano, una piedra es como una montaña, un pequeño charco, como un mar, y cualquier tronco, como una gigantesca muralla.
La oruga oyó impertérrita sus reproches, sin dejar un solo momento de seguir arrastrando su diminuto cuerpo. De pronto oyó la voz de un escarabajo:
—¿A dónde vas con tanto empeño?
Bañada en sudor y jadeando, la oruga le explicó que había tenido un sueño en el que contemplaba todo el mundo desde la cumbre de la gran montaña, y que iba a escalarla para que ese sueño se hiciera realidad. El escarabajo soltó la carcajada y dijo:
—Ni yo, con estas patas tan grandes que tengo, intentaría realizar algo tan ambicioso.
Del mismo modo, a medida que la determinada oruga avanzaba centímetro por centímetro, la araña, el topo y la rana le aconsejaron que desistiera en su empeño.
—¡Ni en el jamás de los jamases podrás lograrlo! —le advirtieron.
Pero en lo más recóndito de su ser había un impulso que la obligaba a seguir adelante. Ya agotada y exánime, decidió detenerse a descansar. Con las pocas fuerzas que le quedaban, construyó un lugar donde pasar la noche. «Aquí estaré mejor», dijo. Pero durante la noche, murió.
Todos los animales del valle fueron a ver sus restos. ¡Ahí yacía, impasible en el refugio que era su concha, la criatura más loca de la creación! Había construido como su tumba un monumento a la insensatez, digno de quien muere por una ilusión.
Una mañana de sol resplandeciente los animales volvieron a congregarse en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto quedaron atónitos. La concha dura comenzó a quebrarse, y vieron unos ojos y unas antenas que no podían ser las de la oruga que creían muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de salir de su asombro, fueron saliendo las hermosas alas de mariposa de aquella impresionante criatura que tenían enfrente, la que realizaría su sueño, el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir.
Así como Dios predestinó a las orugas a convertirse en lindas mariposas, también nos predestinó a los seres humanos a ser transformados conforme a la atrayente imagen de su Hijo.
 1 En otras palabras, Dios ha determinado que nuestro verdadero destino sea la gloria. Pero para llegar a esa gloria que nos tiene preparada, tenemos que seguir a Cristo, su Hijo. Porque de aquí a la gloria Cristo quiere transformarnos mental y espiritualmente, 2 y antes de nuestra llegada, físicamente también. Ese día, cuando parezca que hemos muerto, Él transformará nuestro cuerpo mortal en un cuerpo aún más glorioso que el de la mariposa, pues el nuestro no será frágil y perecedero, sino fuerte e inmortal. 3 ¡Y en ese cuerpo glorificado coronaremos la gran montaña celestial!
1Ro 8:29
2Ro 8:30; 12:2
31Co 15:50-54

Fuente: http://conciencia.net

8/05/2013

La medida del éxito...

No es la medida del monto que tengas en el banco,
ni la cantidad de hectáreas que posees.
No es una cuestión de prestigio o rango, ni de tendones, músculos o huesos.


No son los siervos que acuden a tu llamada,
no son las cosas que posees, ya sean muchas, pocas o nada, son tus hijos los miden el éxito.

Si son fieles, trabajadores, honestos y buenos, no importa lo que posean, todo el sudor y las lagrimas derramadas criando a un niño vale la pena, y son la medida del ÉXITO.




 Los hijos que tenemos son un regalo de Dios.
Los hijos que nos nacen son nuestra recompensa.

(Salmos 127:3)

Traducción en lenguaje actual (TLA)